Procesos creativos, música y paisaje en Olga Rivero Jordán y José Antonio Ramos Sucre
- Ada Miranda Cabrera Luis
- 14 may 2020
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 17 may 2020
Procesos creativos

En ambos poetas el proceso creativo es un exilio de la realidad, pero no implica distanciamiento social o intelectualismo al modo barroco, sino más bien, una proyección astral que los envía fuera de la esfera del mundo físico. Ambas creaciones parecen salidas de un fuego (no fuego como tal, sino de una reacción química, relacionada con la alquimia).
Ambos escaparon de sus contemporáneos, siendo siempre más acordes a la generación que estaba por llegar que a la que los precedía.
Podría hablarse ampliamente de la originalidad de Ramos Sucre, sin tener por ello que dejar de tener en cuenta la que tuvo Olga Rivero Jordán, quien era completamente ajena al autor hasta que le fue descubierto por gente de su círculo cuando su poética ya había alcanzado una cierta madurez. Es por eso que es tan curioso el alto grado de coincidencia que tienen ambas obras, y cuánta cercanía podríamos encontrar en estos dos espíritus, que parecen alejarse de la tierra que habitan, para encontrarse en un plano intangible.
Música

El jazz, género impredecible que se presta a la improvisación, fruto de procesos de experimentación mágica (y espiritualmente trascendentales) de los artistas, se convierte en la nueva alquimia de aquellos virtuosos que pueden permitirse desafinar con lo acordado, y borrar notas y ritmos repetitivos de sus partituras (si las hubiere). Este género que no está hecho tanto para su comprensión, sino para su disfrute, se podría relacionar con la vertiente surrealista que influye en mayor o menor medida a ambos autores, que defienden el arte por el arte (herencia, quizá, entre otras cosas, parnasiana) y el característico hermetismo. No se ciñen a los ritmos y melodías caducas de anteriores generaciones, si acaso las transforman hasta convertirlas en otra cosa, haciéndolas florecer o metamorfosearse en algo completamente nuevo, y en ocasiones, tomando formas insólitas, sirviéndoles de <<abono>> los restos de obras pasadas. Si quedara la esencia de otros géneros en ellas, no debería interpretarse como una mera imitación, sino como algo que flota, poroso, en la atmósfera de todas las composiciones. Pero no es sólo el jazz la música que acompaña a estos autores, sino también los clásicos como Beethoven o la voz de los cantantes latinos.
Paisaje
<<Yo opondré al vario curso del tiempo la serenidad de la esfinge ante el mar de las arenas africanas>> -R. Sucre

Según Jesús Sandja Hernández, los paisajes de Ramos Sucre parecen <<escenarios brumosos, cenicientos y nórdicos>> como hemos indicado, la ciudad de La Laguna, cuna espiritual de tantísimos poetas insulares, contiene estos mismos ingredientes, aunque la realidad de estos paisajes es presunta e hipotética, tal como aclara Pérez Perdomo en la obra de Sucre; en ambos, tiempo y espacio parecen algo remoto, y la lucha del autor contra esto es constante (desprecio hacia la carne, lo material y el tiempo). Recordemos las palabras recogidas de su obra completa: <<Aquel paraje estaba fuera del Universo y yo lo animaba con mi voz desesperada de confinado>>, <<Yo opondré al vario curso del tiempo la serenidad de la esfinge ante el mar de las arenas africanas>>, <<El tiempo es una invención de los relojeros>>.
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